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1.
Rev. panam. salud pública ; 46: e199, 2022. tab, graf
Article in English | LILACS-Express | LILACS | ID: biblio-1450271

ABSTRACT

ABSTRACT Objective. To determine the 24-hour urinary sodium and potassium excretions in the Americas. Methods. A systematic review and meta-analysis were performed seeking for studies conducted between 1990 and 2021 in adults living in any sovereign state of the Americas in Medline, Embase, Scopus, SciELO, and Lilacs. The search was first run on October 26th, 2020 and was updated on December 15th, 2021. Of 3 941 abstracts reviewed, 74 studies were included from 14 countries, 72 studies reporting urinary sodium (27 387 adults), and 42 studies reporting urinary potassium (19 610 adults) carried out between 1990 and 2020. Data were pooled using a random-effects meta-analysis model. Results. Mean excretion was 157.29 mmol/24h (95% CI, 151.42-163.16) for sodium and 57.69 mmol/24h (95% CI, 53.35-62.03) for potassium. When only women were considered, mean excretion was 135.81 mmol/24h (95% CI, 130.37-141.25) for sodium and 51.73 mmol/24h (95% CI, 48.77-54.70) for potassium. In men, mean excretion was 169.39 mmol/24h (95% CI, 162.14-176.64) for sodium and 62.67 mmol/24h (95% CI, 55.41-69.93) for potassium. Mean sodium excretion was 150.09 mmol/24h (95% CI, 137.87-162.30) in the 1990s and 159.79 mmol/24h (95% CI, 151.63-167.95) in the 2010s. Mean potassium excretion was 58.64 mmol/24h (95% CI, 52.73-64.55) in the 1990s and 56.33 mmol/24/h (95% CI, 48.65-64.00) in the 2010s. Conclusions. These findings suggest that sodium excretions are almost double the maximum level recommended by the World Health Organization and potassium excretions are 35% lower than the minimum requirement; therefore, major efforts to reduce sodium and to increase potassium intakes should be implemented.


RESUMEN Objetivo. Determinar la excreción urinaria de sodio y potasio en 24 horas en la Región de las Américas. Métodos. Se realizaron una revisión sistemática y un metanálisis en busca de estudios realizados entre los años 1990 y 2021 con adultos residentes en cualquier Estado soberano de la Región publicados en Medline, Embase, Scopus, SciELO y Lilacs. La búsqueda se llevó a cabo por primera vez el 26 de octubre del 2020 y se actualizó el 15 de diciembre del 2021. De los 3941 resúmenes revisados, se incluyeron 74 estudios de 14 países, 72 estudios sobre excreción urinaria de sodio (27 387 adultos) y 42 estudios sobre excreción urinaria de potasio (19 610 adultos) realizados entre el 1990 y el 2020. Se agruparon los datos mediante un modelo de metanálisis de efectos aleatorios. Resultados. La excreción media de sodio fue de 157,29 mmol/24h (IC de 95%, 151,42-163,16); la de potasio, de 57,69 mmol/24 h (IC de 95%, 53,35-62,03). En los casos en que se consideraron únicamente mujeres, la excreción media de sodio fue de 135,81 mmol/24h (IC de 95%, 130,37-141,25); la de potasio, de 51,73 mmol/24h (IC de 95%, 48,77-54,70). En varones, la excreción media de sodio fue de 169,39 mmol/24h (IC de 95%, 162,14-176,64); la de potasio, de 62,67 mmol/24h (IC de 95%, 55,41-69,93). La excreción media de sodio fue de 150,09 mmol/24h (IC de 95%, 137,87-162,30) en la década de 1990 y de 159,79 mmol/24 h (IC de 95%, 151,63-167,95) en la década del 2010. La excreción media de potasio fue de 58,64 mmol/24h (IC de 95%, 52,73-64,55) en la década de 1990 y de 56,33 mmol/24h (IC de 95%, 48,65-64,00) en la década del 2010. Conclusiones. Estos resultados sugieren que la excreción de sodio casi duplica el nivel máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud y las excreción de potasio es 35% más baja que el requisito mínimo, por lo que se deben invertir grandes esfuerzos para reducir el consumo de sodio y aumentar la ingesta de potasio.


RESUMO Objetivo. Determinar as excreções urinárias de sódio e potássio em 24 horas na Região das Américas. Métodos. Revisão sistemática e metanálise de estudos realizados entre 1990 e 2021, em adultos vivendo em qualquer estado soberano da região, indexados nos bancos de dados MEDLINE, Embase, Scopus, SciELO e LILACS. A pesquisa foi realizada pela primeira vez em 26 de outubro de 2020 e foi atualizada em 15 de dezembro de 2021. Dos 3.941 resumos revisados, foram incluídos 74 estudos de 14 países, 72 estudos relatando sódio urinário (27.387 adultos) e 42 estudos relatando potássio urinário (19.610 adultos), realizados entre 1990 e 2020. Os dados foram reunidos utilizando um modelo de metanálise de efeitos aleatórios. Resultados. A excreção média foi de 157,29 mmol/24h (IC95% 151,42-163,16) para o sódio e 57,69 mmol/24h (IC95% 53,35-62,03) para o potássio. Quando somente mulheres foram consideradas, a excreção média foi de 135,81 mmol/24h (IC95% 130,37-141,25) para o sódio e 51,73 mmol/24h (IC95% 48,77-54,70) para o potássio. Nos homens, a excreção média foi de 169,39 mmol/24h (IC95% 162,14-176,64) para o sódio e 62,67 mmol/24h (IC95% 55,41-69,93) para o potássio. A excreção média de sódio foi de 150,09 mmol/24h (IC95% 137,87-162,30) na década de 1990 e 159,79 mmol/24h (IC95% 151,63-167,95) na década de 2010. A excreção média de potássio foi de 58,64 mmol/24h (IC95% 52,73-64,55) na década de 1990 e 56,33 mmol/24/h (IC95% 48,65-64,00) na década de 2010. Conclusões. Estes achados sugerem que as excreções de sódio são quase o dobro do nível máximo recomendado pela Organização Mundial da Saúde e as excreções de potássio são 35% menores do que o mínimo exigido; portanto, será necessário envidar esforços importantes para reduzir a ingestão de sódio e aumentar a de potássio.

2.
Rev. panam. salud pública ; 32(4): 293-300, Oct. 2012. tab
Article in English, Spanish | LILACS | ID: lil-659976

ABSTRACT

There is compelling evidence that dietary salt intake is the major cause of raised blood pressure (BP) and that a reduction in salt intake from the current level of ¡Õ 9¨C12 g/day in most countries to the recommended level of < 5 g/day lowers BP. A further reduction to 3¨C4 g/day has a greater effect and there needs to be ongoing consideration of lower targets for population salt intake. Cohort studies and outcome trials have demonstrated that a lower salt intake is related to a reduced risk of cardiovascular disease. Salt reduction is one of the most costeffective measures to improve public health worldwide. In the Americas, a salt intake of > 9 g/ day is highly prevalent. Sources of salt in the diet vary hugely among countries; in developed countries, 75% of salt comes from processed foods, whereas in developing countries such as parts of Brazil, 70% comes from salt added during cooking or at the table. To reduce population salt intake, the food industry needs to implement a gradual and sustained reduction in the amount of salt added to foods in developed countries. In developing countries, a public health campaign plays a more important role in encouraging consumers to use less salt coupled with widespread replacement of salt with substitutes that are low in sodium and high in potassium. Numerous countries in the Americas have started salt reduction programs. The challenge now is to engage other countries. A reduction in population salt intake will result in a major improvement in public health along with major health-related cost savings.


Hay datos probatorios irrefutables de que la ingesta de sal alimentaria es la principal causa de hipertensión y de que una reducción del consumo de sal, del nivel actual de aproximadamente 9 a 12 g/d en la mayor parte de los países al nivel recomendado de menos de 5 g/d, disminuye la presión arterial. Una reducción adicional hasta 3 a 4 g/d tiene un mayor efecto y es necesario seguir teniendo en cuenta la posibilidad de metas de consumo de sal inferiores en la población. Los estudios de cohortes y los ensayos clínicos han demostrado que el menor consumo de sal se asocia con una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La reducción de sal es una de las medidas más rentables para mejorar la salud pública a escala mundial. En la Región de las Américas, hay una alta prevalencia de un consumo de sal superior a 9 g/d. Las fuentes de sal en el régimen alimentario varían enormemente en los diferentes países; en los países desarrollados, 75% de la sal procede de los alimentos procesados, mientras que en los países en desarrollo, como algunas zonas del Brasil, 70% de la sal se añade durante la cocción o en la mesa. Para reducir el consumo poblacional de sal en los países desarrollados, la industria alimentaria debe aplicar una reducción gradual y sostenida de la cantidad de sal añadida a los alimentos. En los países en desarrollo, las campañas de salud pública desempeñan un papel más importante al alentar a los consumidores a consumir menos sal, junto a un reemplazo generalizado de la sal por sustitutos con bajo contenido en sodio y alto contenido en potasio. Numerosos países de la Región de las Américas han iniciado programas de reducción de la sal. El reto actualmente consiste en involucrar a otros países. Una reducción del consumo de sal en la población dará lugar a una mejora importante de la salud pública además de una notable reducción de los costos relacionados con la salud.


Subject(s)
Humans , Cardiovascular Diseases/prevention & control , Hypertension/prevention & control , Sodium Chloride, Dietary/administration & dosage , Americas , Developing Countries , Health Promotion , Public Health/economics , Global Health
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